Fronteras Invisibles, relatos de inmigrantes perseguidos

Santi Carneri
En la lucha por el cierre de los Centros de Internamiento de Extranjeros, (que son cárceles al uso amparadas en un limbo legal por culpa de un reglamento inexistente), participan activamente ONGs como SOS Racismo, CEAR, Ferrocarril Clandestino, o Pueblos Unidos, apoyados por la gente que va siendo consciente del drama que viven sus vecinos llegados de otros países.
Las redadas que el flamante ministro del Interior niega, siguen produciéndose cada día en nuestras calles, cientos de agentes de la policía nacional son obligados por el ministerio a detener una cuota de inmigrantes sin papeles por semana, según reconoció su sindicato mayoritario que además filtró la circular del ministerio que prueba las detenciones racistas.

Personas, no mercancías ©Olmo Calvo/Edu León

Las redadas ya no son como antes, Rubalcaba ha pedido discreción, ya no vemos "lecheras" y un gran dispositivo en Lavapiés, Plaza Elíptica o tantos otros sitios frecuentados por inmigrantes, sino sólo a un par de agentes con uniforme o de paisano que esperan a las salidas del metro, en Nuevos Ministerios, Sol, Latina etc.

Imaginaros llevar viviendo en Madrid tres años, tener trabajo, casa y familia, e ir con miedo por si te pillan los nacionales a la salida del metro o paseando por el retiro. Son Fronteras Invisibles para los españoles, pero muy visibles para todo el que tenga rasgos andinos, árabes o subsaharianos.

El objetivo de estas detenciones (fomentadas por la Unión Europea, no olvidar la famosa Operación Hermes o la condescendencia con las expulsiones de gitanos en Francia) es deportar a los "sin papeles" a sus países de origen, pero como eso no puede ser instantáneo (ya quisieran), hay que rellenar formularios, tiene que haber convenio con el país de destino, aviones disponibles, en fin, un lío.

Las fronteras son para unos pocos, el resto puede tomarse su café tranquilo ©Olmo Calvo/Edu León

Agentes llevándose a un hombre ©Olmo Calvo/Edu León

Así que mientras se resuelven las burocracias pertinentes, los detenidos (que recuerdo, no han cometido delito alguno) son "almacenados" en los terribles Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE). El problema es que los inmigrantes no son cajas (ya quisieran), y hay que darles pijadas como camas, comida, bebida, baño, o contacto telefónico con el exterior, porque podemos llegar a tener que "almacenarlos" ¡hasta 60 días!  "Pero como queremos hacerlo barato y esta gente no es española tampoco les vamos a poner una suit, que compartan una habitaciónn entre 8 y miccionen en botellas de plástico joder, como en la mili, algo habrán hecho", me dijo un policía en una manifestación.

Sus familias encima pretenden visitarles, o poder entregarles comida o ropa, que atrevidos... se creen que tienen derechos. Pero los agentes de cualquier CIE les dejarán bien clarito que no pueden ver a su hijo, marido, madre o hermana más de 5 minutos, sólo a través de una mampara  y  "sin tocar que te meto", después de haber esperado una media de dos horas a la intemperie.

Hay deportaciones que son más rápidas que otras, algunos pasan apenas 72 horas desde su detención hasta que son subidos al avión, ¡sin siquiera poder avisar a su familia! y si te pillaron por la calle te vas con lo puesto. Algunas deportaciones no llegan a producirse (porque algún abogado de oficio ha decidido esforzarse un poco) y tras estar preso sin motivo, entre 3 y 60 días, algunos vuelven a la calle, con el trauma a cuestas.

Policía pidiendo papeles ©Olmo Calvo/Edu León

Así es España señores, por suerte, para que todos sepan lo que ocurre tenemos a dos incansables fotógrafos que dedican sus ratos libres a documentar todas las redadas y acosos a inmigrantes por parte de la policía, así como,  recopilar testimonios de ex-presos del CIE de Madrid, situado en Aluche, son Edu León y Olmo Calvo.

Este documental recopila el testimonio de mucha gente que sufre este drama directamente, es parte de su exposición itinerante, Fronteras Invisibles: