El sábado pasado entraba y salía de la sala Taboo continuamente, mientras cubría un concierto. Fuera helaba y dentro había tanta gente que parecía una sauna, cada vez que entraba se me empañaban los objetivos (y las gafas) y tenía que sacar toallitas para limpiar el vaho.
Una de las veces pasé al lado de este peculiar trío, que al tiempo que la música rugía se dedicaban a pintar sobre un lienzo. Las ansias por hacer la foto me hicieron olvidar limpiar la lente y salió esto:
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