La expulsión de los narcotraficantes de las favelas de Río de Janeiro ha permitido una "regeneración social" y un avance en la lucha contra la exclusión, según un estudio divulgado hoy.
La investigación -realizada por un equipo de la London School of Economics and Political Science con apoyo de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco)- fue presentada en Río de Janeiro durante el seminario internacional "Sociabilidades subterráneas: identidad, cultura y resistencia en comunidades marginadas".
Según la brasileña Sandra Jovchelovitch, profesora de esa universidad británica, el "modelo carioca de desarrollo social" es un prototipo para otras regiones del mundo.
"En Río de Janeiro, la ciudad maravillosa aunque aún dividida, vuelve a haber luz en algunos territorios hasta ahora invisibles", dijo Jovchelovitch en la favela de Cantagalo, situada a un centenar de metros de la turística playa de Copacabana, durante la presentación del estudio.
Las autoridades de Río de Janeiro llevan a cabo desde 2008 una campaña de seguridad publica conocida como "pacificación" que consiste en expulsar a las bandas de narcotraficantes de las favelas e instalar en ellas comisarías de Policía Militarizada, todo ello acompañado de programas sociales.
Las Unidades de Policía Pacificadora (UPP), como son conocidas estas dependencias policiales, representan un "nuevo diálogo que genera una nueva sensación de seguridad", agregó Jovchelovitch.
Conforme al estudio, un 53 por ciento de los habitantes entrevistados en barrios con UPP siente que ha mejorado la seguridad, aunque también relatan "abusos frecuentes" de la policía y aseguran "ser vistos como criminales".
El proyecto, realizado durante tres años, comprende una investigación del modo de vida en las barriadas cariocas a través de 204 entrevistas con habitantes de los barrios de Cantagalo, Cidade de Deus, Madureira y Vigario Geral.
La investigación también incluye el seguimiento de 130 proyectos de las ONG locales AfroReggae y Confederación Única de Favelas (Cufa).
Jovchelovitch señaló que la familia, la iglesia, el tráfico de drogas y la actividad de las ONG son las características que componen la vida de las barriadas donde vive un 20 por ciento de la población de Río de Janeiro, de 11,8 millones de habitantes en su área metropolitana, de acuerdo con datos oficiales.
Destacó que la falta de estructura familiar es uno de los grandes problemas de las favelas, donde el 70 por ciento de los menores de entre 12 y 17 años vive en un hogar con el padre ausente.
Todos los participantes en la investigación declararon que han sufrido "pérdidas, dolor y violencia" relacionada con el narcotráfico, según el estudio.
El informe alaba el trabajo de las ONG locales por su capacidad "multifacética" y su lucha contra la exclusión en las barriadas.
"Las mejorías en las favelas también contribuyen a que haya cambios en el asfalto", en referencia a los barrios acomodados de la ciudad, dijo Nega Gizza, una de las cofundadoras de Cufa.
El texto apunta que "en muchos casos" las comunidades de las favelas están marcadas por la "escasez" del Estado, siendo la policía la "única cara visible".
Las relaciones de los vecinos con la policía y con las facciones de narcotraficantes son "complejas", aunque los habitantes "temen más la vida fuera de la favela que dentro de ella", agrega.
Publicado para Efe en el Diario Vasco
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