martes, 23 de marzo de 2010

48 horas tocando el tambor

Sabado 13 de Marzo, se celebra en Hellín -un pequeño pueblo manchego- "La exaltación del tambor" que consiste basicamente en darle caña al tambor sin parar: da igual si son las tres de la tarde y el abuelo se está echando la siesta, no importa que la vecina no pueda oir la telenovela, que más da que sean las 5 de la mañana y el bebe no pueda dormir "¡¡¡Señooora, que son fiestas!!!"
 RATAPUM TAM PUM
Todos los años por estas fechas, previas a la Semana Santa, las cofradías de una decena de pueblos de los rincones más remotos de España se congregan en una localidad elegida entre las que más cultura del tamborilleo tienen.
Hellín es de las que más, varias estatuas de niños y mayores tocando los ... tambores adornan la ciudad, tiendas especializadas en tambores venden parches, tornillos, palillos o baquetas: hay muchas otras de túnicas y disfraces. Sin olvidar, las que venden comida y bebida casi ininterrumpidamente.
48 horas tocando el tambor, bebiendo, cantando y bailando. Miles de personas caminan por el centro del pueblo inundándolo con los colores de sus túnicasy pañuelos, y los diferentes ritmos de sus cofradías.
Cada pueblo tiene sus códigos, parece que hablan en morse, y se forma un gran bullicio en las plazas cuando cinco chicos locales tocan el ritmo de Hellín, mientras otros siete aragoneses le meten al suyo, y 3 metros más allá están los murcianos que le dan también muy fuerte.
Hay tambores de todos los colores y tamaños, es tradicional, cada miembro de la familia tiene el suyo que se regala a las siguientes generaciones.De media cuestan unos 200 €.
Y así aprende uno a caminar, tocar el tambor, cantar, beberse un cubata y pegarle a la bota de vino, todo a la vez.


lunes, 1 de marzo de 2010

Desmantelando Cibeles

Si hay algo que me ha enseñado ser becario es a aprovechar las acreditaciones de mis compañeros con contrato para entrar en sitios curiosos.
Asi qué me acerqué a ver el último desfile, del último día de la Cibeles Fashion Week, y claro, estabán ya recogiendo prácticamente todo, no quedaban casi nada del glamour que se respiraba horas y días antes.
Por mi mejor, iba con la idea de no hacer ni una foto del desfile y centrarme sólo en el ambiente.
A estas alturas tanto mis ojos como los vuestros deben estar saturadisimos de las típicas fotos de desfile así que para no repetir, os dejo un poquito del ambiente showbussiness.




EL FIN DE CIBELES