Una familia de turistas catalanes en Brasil interrumpió sus vacaciones en Sao Paulo para ir a la comisaría a hacer una denuncia por racismo
Cartel en un ascensor del barrio de Ipanema en Río de Janeiro de ley de 2003 que prohíbe "cualquier forma de discriminación" en el acceso a los elevadores. |
El pasado viernes 30 de diciembre estaban comiendo en un bufete libre de comida italiana llamado Nonno Paolo, en el barrio del Paraíso, cuando ocurrió una escena inesperada.
El matrimonio, después de haber abandonado la mesa unos minutos para acercarse a las góndolas con alimentos, descubrió que su hijo de 6 años había desaparecido. Alertados por otros clientes, salieron a la calle, donde encontraron a S.T.C. solo y llorando.
Hijo adoptivo de la pareja, es negro y nacido en Etiopía.
El pequeño S.T.C. usaba ropas caras (entre ellas una camiseta oficial del F.C. Barcelona). El niño contó a sus padres que fue agarrado por el brazo por un adulto y expulsado del restaurante.
Los policías encargados del caso dijeron que el menor fue víctima "como mínimo" de una "opresión ilegal", crimen que consiste en "apremiar a alguien, mediante violencia o grave amenaza para que haga lo que uno quiere o manda". El encargado de la investigación se preguntaba: "¿Habría habido el mismo trato si el niño hubiera sido blanco y de ojos claros?".
Justo, ese es el punto que intentan esclarecer. En el artículo 140 del Código Penal Brasileño describe que lo ocurrido en el restaurante, "recusar el atendimiento" e "impedir el acceso" a un local público, es una "injuria racial". La pena en ambos casos es leve: tres meses de prisión o una multa.
El abogado del restaurante cuenta una historia diferente. Dice que el niño sólo fue abordado porque los trabajadores se preocuparon por su seguridad. Y que el menor estaba de pie, andando entre calentadores de gas y podía provocar un accidente. Según su explicación, como el niño no sabía portugués, no podía comprender lo que le decían y se fue afuera por cuenta propia.
Imagen del interior del restaurante Nonno Paolo en Sao Paulo |
La familia volvió al restaurante junto con un familiar que vive en Brasil hace décadas para pedir explicaciones (en portugués) en frente de todos los clientes y que no se marchó hasta que un pariente de los propietarios del local admitió haber llevado a S.T.C. para afuera.
Este pariente para excusarse recordó que, como en otros restaurantes, allí también se acostumbra a impedir la entrada a los "meninos de rua", (como son conocidos en todo Brasil los hijos de familias pobres habitantes de las favelas), para que no molesten a los clientes.
[El texto adaptado ha sido extraido y traducido del editorial de la edición impresa de la revista Época de Brasil que pertenece al grupo O Globo]
Aquí se puede leer la noticia en español de la agencia EFE y aquí hay un vídeo de las cámaras de seguridad del edificio de enfrente.
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